Había cuatro puertas blancas suspendidas en el aire. Eran miedo, estática, fantasma y espejismo. El espejismo me llevaría a una pared y estaba muerta en cartón. El miedo era un agujero negro enmarcado en el tiempo. El fantasma es mi infancia. La estática las palabras.
Al final no llegaba a elegir, y la presencia me tragaba.
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