Son dos viviendo adentro. El que habla compulsivamente es ciego y pasa sus dias aturdido por el eco de las palabras rebotando dentro del craneo. Genera palabra y se infla de palabra.
El que mira es sordo y esta tonto de imagen. Lleva el peso del invalido, lleno de miedo y complejo.
No se conocen y no tienen forma de comunicarse. No entienden el porque de su fracaso, porque nunca llegan a ningun lado.
Hay un tercero que ve y escucha pero es mudo. Conoce a los otros dos y sufre por su accionar. Solo puede observar, sacudiendose desesperado para avisarles.
Sin resultados.
Sin resultados.
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