La cáscara siempre contiene el universo entero, y los golpes y el dolor y el miedo y la alegría y las esperanzas y las mentiras que nos dan esas esperanzas van oscureciendo partes de ese universo y resaltando otras. Podríamos ser todas las vidas, pero decidimos ser menos para poder sobrevivir.
Esto debería querer decir que lo que se oscureció puede resaltarse, y viceversa. Lo único que falta es que el ser humano se de cuenta que esta jugando a la casita corporal desde que existe. Que es un juego, que nada importa. Que nada pesa.
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