jueves, 31 de diciembre de 2015

31

La humedad y el calor hacen que la vida flote y pierda la velocidad *y por lo tanto el tiempo*. Ir a la vuelta a comprar la cena puede ser para siempre, o al menos hasta que llegue el otoño.
Confundo las cosas y siento una profunda paz cuando en realidad lo que se gesta dentro mio es una angustia que aplasta con toda su existencia. Siento la necesidad de flotar en la noche y petrificarme en el camino, esperando que el viento ejerza toda la fuerza de dos mil años y su erosión no deje rastros de lo que soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario