miércoles, 6 de enero de 2016

gospel

Absortos en la palabra global, la boca que trabaja 24 horas al día.
Movimientos sin sonido, pero de luz fluorescente.
Contenidos por nada y creyendo lo contrario. Aspirando a lo contrario, preocupados por lo contrario de lo contrario. Que no nos agarren, que no nos toquen, que no digan, que no piensen que no se acerquen.
Nos queremos separar del cuerpo y ahí lo tenemos, al precio de separarnos al mismo tiempo del fantasma. Somos cada vez más la palabra global, un pedazo de mierda estúpida que se basa en la limitación para crecer.
Entender con palabras es la destrucción del entendimiento. Y lo explico en palabras porque soy la boca que trabaja 24 horas en la fluorescencia.

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